En julio de 1968 durante el gobierno
del presidente Gustavo Díaz Ordaz, se iniciaron una serie manifestaciones y
marchas estudiantiles en la Ciudad de México que criticaban el autoritarismo
del gobierno, apoyaban las protestas en el mundo, pedían se respetara la
autonomía universitaria y exigían la libertad de los presos políticos.
La primera etapa de lo que hoy
conocemos como el movimiento estudiantil de 1968 comprende la última semana de
julio y se caracteriza gráficamente por dos elementos: el exceso de la represión
materializado a través del abuso policíaco y la presencia del ejército en el
primer cuadro capitalino, por una parte, y el protagonismo de los adolescentes,
estudiantes de preparatorias y vocacionales que se enfrentaron a los agentes
del orden en forma violenta, arrinconados en sus planteles ubicados, con
algunas excepciones, en el llamado barrio universitario del centro de la ciudad
de México.
Lo anterior se refiere a la actuación
del rector Javier Barros Sierra, quien a las pocas horas del atentado contra
San Ildefonso izó la bandera a media asta en Ciudad Universitaria; pronunció su
famoso discurso sobre la violación a la autonomía universitaria; y encabezó la
primera marcha organizada de universitarios y politécnicos que posibilitó el
surgimiento del Consejo Nacional de Huelga como órgano líder indiscutible e
interlocutor único del gobierno
El 2 de agosto la UNAM, el IPN, la
Escuela Nacional de Maestros, la ENAH y Chapingo conforman el Consejo Nacional
de Huelga, el cual después de varios movimientos en otras partes del país
fructificaba en el CNH como una organización con carácter nacional estructurado
al cual otras universidades se fueron incorporando con protestas en Yucatán
Coahuila, Morelia, Guerrero, Nuevo León, Chihuahua, Veracruz, Puebla, Sinaloa e
Hidalgo.
El 27 de agosto más de 200.000
estudiantes marcharon por el centro de la Ciudad de México y se instalaron en
el Zócalo (plaza central del D. F.). Al día siguiente fueron reprimidos por la
policía y el ejército mexicano.
Los estudiantes buscaban atraer la
atención que había sobre la ciudad por los Juegos Olímpicos de 1968. El
entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, estaba empeñado en detener las
protestas y en septiembre, semanas antes de la masacre, ordenó al ejército
ocupar el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El
ejército detuvo y golpeó indiscriminadamente a muchos estudiantes. Como señal
de protesta el rector Javier Barros Sierra renunció el 23 de septiembre.
Ese mismo 23 de septiembre estudiantes
del IPN en manifestación, se atrincheraron de la represión policíaca en el
Casco de Santo Tomas, el cual fue cercado por granaderos y policías. Al
atardecer los estudiantes salieron del casco de la escuela para refugiarse en
la Escuela de Ciencias Biológicas, la cual fue rodeada y balaceada en repetidas
ocasiones, en la madrugada llegaron cientos de soldados y el ejército rodeo la
escuela con tanquetas, instantes después fue tomado el plantel salvajemente,
golpeando a hombres y mujeres y llevándoselos a todos en camiones, muchos sin
moverse, en aquel fatídico día.
El 2
de octubre de ese año se convocó a una manifestación en la Plaza de las
Tres culturas en Tlatelolco. El movimiento estaba ya declinando con muchos de
sus líderes encarcelados pero el ambiente social estaba muy tenso a 10 días de
iniciarse los juegos olímpicos. Unos minutos después de iniciada la
manifestación, con los líderes que quedaban libres y un orador en el tercer
piso del Edificio Chihuahua, un helicóptero del ejército mexicano lanza unas
bengalas sobre la multitud. Con esta señal, militares, paramilitares y
francotiradores abren fuego contra los 5000 manifestantes, estudiantes en su
mayoría. También dispararon sus armas los integrantes de la "famosa
Brigada Blanca", vestidos éstos de civil, pero identificados por portar un
guante blanco como distintivo. Ese día el movimiento estudiantil fue reprimido
de la forma más sangrienta, cruel y cínica posible.
Algunos números: 15.000 proyectiles
disparados (cifra oficial), 8.000 militares de varios cuerpos destacados en la
acción, 300 medios armados entre tanques, medios blindados y jeeps con
ametralladoras. Todo esto para reprimir una manifestación pacífica, por el
viejo procedimiento de las provocaciones de los militares de paisano
infiltrados entre los manifestantes, a las que contestan los militares con
uniforme. El resultado fue de no menos de 700 heridos, un número de muertos que
oscila entre 150 y 300, algunos de los cuales probablemente fueron arrojados al
océano desde aviones militares, 5.000 estudiantes detenidos, algunos de ellos
sometidos a torturas y falsas fusilaciones y 300 de ellos permanecieron en la
cárcel hasta la amnistía de 1971.
No encontraste algunas cifras que de algún grupo civil sobre el total de heridos y muerto en ese día, supongo que los datos que das son del gobierno.
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